miércoles, 15 de enero de 2020

5 estrategias para manejar el ego ajeno en una reunión



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  •  💓No competir, colaborar. Acomodar la reunión tras un objetivo es fundamental para limitar los juicios de valor de cada persona. Al enunciar “de que estamos hablando”“¿para qué nos reunimos hoy?, harás que la conversación vuelva a su eje toda vez que se haya ido por la tangente.
  • 👍Para expresar una opinión diferente conviene usar un lenguaje abierto, no controversial. Derivaciones de la frase “la opinión de cualquier persona es válida. Incluso si no la compartimos debemos escucharla” o “considero que tanto las opiniones nuevas como las más experimentadas son importantes y las mejores decisiones son una combinación de ambas” son muy interesantes para que las personas no tomen como ataques personales las críticas y opiniones de terceros.
  • 😊La mejor táctica es eludir el ego y no enfrentarlo. Una de las mejores formas de tranquilizar un ego es utilizar la frase “desde mi perspectiva”. Se trata de una palabra increíblemente útil ya que indica que mantendrás las emociones fuera de la conversación. Otras expresiones muy valiosas para neutralizar los egos son: “dejando de lado nuestras valoraciones personales sobre el asunto”“entiendo, pero no comparto”, “el problema es este, busquemos soluciones”.
  • 🙊Evitar hablar de fútbol, política y religión. Son temas que generan reacciones impulsivas en las personas, pues cada cual defiende a ultranza su posición y con ello sólo conseguirás que los demás se sientan amenazados y menos receptivos.
  • 🙉El silencio bien usado es muy efectivo para calmar los egos. Si los egos de las personas están descompensados, antes de responder a una confrontación guarda silencio por unos 20 segundos. En el  90% de los casos la otra persona moderará su posición. Si no sucede, lo más probable es que el otro tenga problemas más profundos que no se resolverán en una discusión. En ventas, el silencio es una excelente táctica para cerrar una transacción. Sin presionar al cliente, presentando el producto y respondidas las objeciones planteadas por aquél (dudas y preguntas), sólo queda callar para que el cliente dé su veredicto final: si compra o no👌👌👌.